miércoles, 24 de noviembre de 2010


no te he dejado en el paso
tu vena se contagia de mi sangre
candorosa, candente y furiosa
mi vena, mi sangre
mi deseo y las sonrisas
te llevo no en el bolsillo
te llevo enredado en mi cabello
embriagándome del recuerdo
de tus manso en mi pelo
en mi cuello, en mi.

me siento algunas veces
cierro los ojos y
poco a poco
te comienzo a sentir de carne
ya no solo de humo
y mis manos se mueven y bailan
reposadas en mi regazo.

te mato algunos momentos
para descubrirme en la duna
desnuda y morena
como carne cruda
como aceituna madura
al detenerme
atisbo tu recortado contorno en mi sombra
un dejo de tus labios dormidos sobre los míos
un susurro deambulando por mi oído
y algún mordisco merodeando por mi cintura.

quisiera dejarte en una esquina
y decirte que me esperes
que primero vivo libre
y que luego me encadeno
pero de que sirve posponer el veneno
si es mi muerte en tu pecho
lo que espero.

no puedo caminar descalza
no pueda andar sin un camino
por eso vivo
y me despojo de eso
de creer que eres mi jaula
cuando en verdad eres mi nido
mi eterno retorno
mi mejor vino.